Escribió tanta música de cámara como de orquesta, pero su reputación póstuma reposa casi exclusivamente en esta última, donde se revela el más fecundo de los compositores de Mannheim: más de cincuenta sinfonías, más de sesenta conciertos y treinta y ocho sinfonías concertantes (para un número de instrumentos que va de dos a siete).
Varios conciertos se han perdido de entre los quince que escribió para violín, tres para viola, tres para viola de amor, seis para violonchelo, siete para flauta, dos para oboe, diez para clarinete, siete para fagot, tres para trompas, dos para piano y dos para arpa. Son obras agradables, de una gran facilidad melódica, y tienen los tres movimientos tradicionales.
Fuente:
http://clarimelilla.weebly.com/compositores.html
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